Clase invertida

 

La clase invertida


En estos últimos días hemos estado hablando de la clase invertida, que consiste en el trabajo autónomo de los estudiantes fuera del aula. El docente produce o selecciona un material para que los alumnos lo desarrollen en casa y, al día siguiente, se verifica en clase la comprensión de los temas. Uno de sus principales beneficios es la liberación de tiempo, en lugar de gastar tanto tiempo en las explicaciones teóricas ocupamos ese tiempo en aclarar los conceptos más complejos o asistir a quienes tienen más dificultades. Siguiendo el análisis de Olaizola(2014), los resultados son claros: la clase invertida “tendería a mejorar el desempeño académico de los estudiantes”.

Sin embargo, este rendimiento tiene condiciones y es que son varios los inconvenientes con los que nos podemos encontrar a la hora de implantar el modelo en el aula. Entre ellos destaco 3: el aula, la cantidad de estudiantes y el acceso a los materiales.

Como hemos visto en clase, las características físicas de los espacios son importantes y un aula excesivamente grande o con poca capacidad de movimiento de los estudiantes puede dificultar su desarrollo.

La segunda idea parece bastante evidente, cuanta más cantidad de alumnos más complicado será su implantación. Para que el proceso sea exitoso necesitamos que el grupo sea manejable y podamos adaptar los objetivos. Si tenemos un curso excesivamente grande vamos a correr el riesgo de fracasar, el tiempo que dedicaremos a solucionar las dudas sería el mismo que le dedicaríamos a la clase teórica y lo que buscamos, justamente, es evitar eso.

Por último, el acceso a los materiales necesitamos que sea accesible a todos los estudiantes. Si vamos a trabajar con las nuevas tecnologías debemos tener en cuenta que los estudiantes tengan los recursos mínimos necesarios. Además, el docente tiene la responsabilidad de proporcionar el material con la antelación necesaria para que el proceso se desarrolle de manera efectiva.

Al hablar de la enseñanza de ELE, esta metodología me parece no solo provechosa sino conveniente. Hay muchos conceptos que los alumnos pueden revisar por su cuenta y en clase dedicarse exclusivamente a la práctica, así consolidamos la teoría a través de las actividades como publica el Espacio Europeo de Educación Superior.

Bibliografía

Olaizola, A. (2014). La clase invertida: Usar las TIC para “dar vuelta” a la clase. Actas X Jornadas de Material Didáctico y Experiencias Innovadoras en Educación Superior, Universidad de Buenos Aires, 1-10.

Vera, G. A., Lledó, A. L., Puerta, M. G., & Lledó, G. L. (2018). La clase invertida en la educación superior: percepciones del alumnado. Revista INFAD de Psicología. International Journal of Developmental and Educational Psychology.2(1), 155-162.


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